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Cuarenta grados a la sombra. La justicia de Lorenzo cae con toda su fuerza sobre los participantes en el acto religioso que habrá de llevar a Nuestra Señora de la Consolación de Tices hasta la iglesia parroquial de Canjáyar donde la esperaban cientos de vecinos.

Son las nueve y media de la mañana de un amanecer como cualquier otro en la localidad de Ohanes. Unas cuatrocientas personas, residentes tanto en este municipio como en Almería capital, Padules o Canjáyar, deciden pasar junto a la Señora la jornada. Subida en una carroza, de la que tira un vehículo, sortea con destreza las 102 curvas que separan los dos puntos. El de salida y el de llegada. A su paso, por los caminos, altares y salves, vítores de un grupo de peregrinos que no quieren dejarla sola. La fe mueve montañas, pero el trabajo también. Así, Purificación López, una de las voluntarias que acompañaban la comitiva, ha señalado que un porcentaje muy alto de la población que acompañaba a la imagen eran muy devotas.

El trayecto fue entretenido. Primera parada, en la Residencia San Antonio Abad, donde las mayores que allí estaban oraron y disfrutaron de una de las imágenes más veneradas. Niños también había. Muchos de ellos estaban tranquilos, la otra parte acompañaba la procesión jugando, preguntando a los mayores o deduciendo, por las distancias, lo que faltaba por recorrer hasta el punto de llegada.

Llegó la imagen. Ofrenda floral para demostrar el cariño, que va más allá que este acto, hacia la Patrona de Ohanes, actuación del coro de esta localidad y rezo conjunto. Luego, una comida de convivencia. "El templo mostraba un aspecto espectacular, estaba repleto de gente, que luego disfrutó de la jornada de convivencia".

Este último aspecto fue muy demandado durante el recorrido. Querían conocerse, saber más sobre la historia de la Señora de Tices. Por eso luego volver costaba más trabajo. "Tardamos bastante en regresar, finalmente fue a las siete de la tarde". Hubo un repique de campanas para despedirla. La Virgen dejaba la localidad y su sello en el corazón de los asistentes. "La subieron al coche que habría de llevarla de vuelta, todo salió muy bien y fue emotivo", señala López.

La actividad tuvo lugar con motivo de la celebración del Año Jubilar, el pasado domingo, con una gran muestra de devoción en el Paraje de la Cruz Blanca, que fue procesionada hasta la iglesia parroquial por 18 costaleros y acompañada en todo momento por la corporación municipal de Canjáyar, la de Ohanes, el diputado Manuel Alías, la Hermandad de la Santa Cruz del voto, la Hermandad de Nuestra Señora de la Consolación de Tices, Hermandad de San Marcos, Hermandad del Beato Don Diego Ventaja Millán, Cofradía del Sagrado Corazón de Jesús, Banda de Música Ohanes-Padules y un alto número de peregrinos de estos municipios.

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