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Canjáyar disfrutó ayer de una jornada inolvidable con la clausura del Año Jubilar, una clausura que ha coincidido con la festividad de la Exaltación de la Santa Cruz. Por ello, los actos religiosos se han dado la mano con los lúdicos. Uno de los más esperados y, que año tras año celebra este pueblo de la Alpujarra almeriense, tiene como protagonista el agua, que para los canjilones es un tesoro por significar la vida y la puesta en valor de tierras de secano.

La conocida como suelta del agua de la Acequia Gorda por las calles del pueblo se convierte en una gran fiesta, sobre todo, para los más pequeños que aprovechan, sin las riñas maternas, para mojarse hasta las rodillas. Bueno algunos, incluso, se ponen el bañador y se empapan hasta la cabeza. Una fiesta que se celebra entrada la noche y que inunda las calles, pues tiene que vaciarsetoda la acequia. Con este evento, el pueblo celebra también la fundación en 1.878 por parte de Juan de la Cruz Esteban y otros socios del cauce denominado Exaltación de la Cruz. La iniciativa de estos canjilones supuso que el agua llegara a la localidad, lo que significó a su vez la transformación de abundantes tierras de secano en regadío.

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